Noche velada.
Los cielos entristece
una verdosa claridad de Luna.
Bajo el cimborio de vetusta iglesia,
en el duro solado,
la forma rígida de un muerto.
Soledad y vacío: ni fieles ni monjas.
En el órgano estalla
solemne de profundis.
A los rojos temblores de los cirios,
dos manos mutiladas
recorren el teclado, van y vienen,
cual dos arañas gigantescas.
Los cielos entristece
una verdosa claridad de Luna.
Bajo el cimborio de vetusta iglesia,
en el duro solado,
la forma rígida de un muerto.
Soledad y vacío: ni fieles ni monjas.
En el órgano estalla
solemne de profundis.
A los rojos temblores de los cirios,
dos manos mutiladas
recorren el teclado, van y vienen,
cual dos arañas gigantescas.
3 comentarios:
En mi opinión, este poema es muy frío, como que en esos momentos Prada habrá estado pasando alguna pérdida de alguien y por eso lo escribió. Prefiero el anterior, ya que es más claro y con situaciones que suceden en la actualidad.
Y en realidad que este poema va con el nombre, es muy macabro por las palabras que usa.
Esta me parece una simple descripción de una noche lúgubre, usando diversas comparaciones y metáforas.
Podría ser también que haya definido la noche basándose en un estado de ánimo.
Publicar un comentario